domingo, 18 de diciembre de 2016

El Vega Life: 'En Sardina uno aprende a relajarse y a valorar lo bonita que es la vida'

ENTREVISTA | Más allá de las playas turísticas que son portada de revistas de viaje, Gran Canaria tiene otros paraísos en miniatura. Sardina, en el norte, es uno de ellos, y El Vega Life, o Adrían, lo sabe bien. Hace 3 años que eligió este rinconcito de Gáldar para asentarse y componer sus canciones. Su música ya traspasa las fronteras de las islas, y lo hace transmitiendo el espíritu de esta playa, de Canarias y del eterno verano que se vive en muchas de sus costas.

En 'La Cueva', bar emblématico junto a la cala, me recibe para compartir un almuerzo con los que dice son 'los mejores calamares del mundo'. A sus 26 años el éxito cosechado en las islas, y que empieza también a cosechar en actuaciones en la península, no le ha quitado un ápice de esa cercanía tan canaria, tan del norte de las islas. Es el máximo exponente de lo que él mismo bautizó como la 'rumbita canaria', y son esos tonos y letras que casi siempre tienen que ver con la playa y el mar lo que lo hacen, quizás, una de las personas más adecuadas para hablar sobre esta cala y este pequeño pueblo costero.



Haciendo esta entrevista aquí en Sardina, de donde eres tú, la primera pregunta es obligada ¿qué significa Sardina para ti y para tu música?

Sardina significa la casa, la cocina… es el lugar donde escribo las canciones y donde he vivido montones de experiencias sentimentales bastante bonitas. Creo que es por el sitio, por la belleza que tiene… los atardeceres, el mar la playa, el romanticismo de la poca gente.

He visto además que en muchos videoclips sale la playa o esta zona…

Todos los videoclips son aquí, todos son de dos o tres kilómetros alrededor. Todos tienen una imagen de aquí de Sardina, y tiene mucho que ver con las canciones, porque muchas veces lo que me da inspiración para yo escribir la poesía o la letra son cosas que yo estoy viendo en ese mismo momento, y sentimientos que estoy sintiendo en ese momento. Todas las canciones se quedan con la energía del entorno.



El espíritu que uno se encuentra en Sardina tiene mucho que ver con lo que transmite tu música, o al menos a mí me lo parece.

Exacto, tienes intimidad, tienes libertad… incluso, en este sitio, uno aprende a relajarse y a valorar lo bonita que es la vida.

Más allá de Sardina yo creo que son muchos valores que tienen todas las Canarias. Ahora que estás saliendo más a la península ¿cómo se valora fuera ese ‘buen rollito’ que llevas desde aquí?


Pues, pese a que mucha gente diga que algo que funciona en Canarias es probable que no funcione allá, al final los canarios caemos simpáticos en todos lados. Yo creo para muchas cosas es un punto extra, el ser como somos... que no se cómo somos pero somos canarios (risas).

Hay gente que dice que va a tus conciertos solo por lo bien que se lo pasa y por el vacilón que tienes en el escenario…. ¿eres el nuevo Arístides Moreno?


(Risas) Eso es un honor, es un honor que me comparen con alguien tan guay como Arístides Moreno que además es de Gáldar, es de aquí. Si, los conciertos son muy amistosos… hacemos un “Ivo, ivo, ivo abrazo colectivo”, y no hace falta insistir, pegas a abrazar al grupo y los demás se empiezan a abrazar. Es un momento muy mágico, muy cercano, muy familiar.



Tu mismo defines tu música como ‘rumbita canaria’ ¿hubiera sido posible hacer esta música en otro entrono?


No, no. No porque me da que es lo que diferencia a la rumbita canaria de las demás rumbas es que tiene el toquito playero, y los tonitos alegres. La sucesión de tonos alegres, muy veraniega, como siempre estamos aquí.

¿Sardina y tu música son solo para disfrutar en verano?


Yo creo que es música para disfrutar cuando el corazón te lo pida, porque en invierno a veces el corazón nos pide verano; entonces tiramos de lo que sea. Tiramos de una Tropical aunque haga frio, tiramos de playa aunque esté nevando… tiramos de rumbita canaria (risas).

Aquí en Sardina, si no me equivoco, has dado algún concierto ¿Cómo es la sensación de tocar en el mismo sitio que te inspira para las canciones?


Aquí y en Agaete, que en Agaete también he escrito canciones y… uno no lo piensa en el momento pero, ahora que lo dices, lo pienso y es como dar a luz. Es algo que llevas dentro, que no sabes que forma tiene, y al final das un concierto y ves que forma tiene en la expresión de la gente.

Aquí las playas que se conocen son Maspalomas, playa del inglés… las que están en los folletos turísticos ¿por qué alguien debería aunque fuera un día venirse a Sardina?


Porque yo, y creo mucha gente, soy partidario de que si sales a conocer cultura no conviene mucho ir a una zona que está ambientada solo para que el turista se lo pase bien y se sienta como en casa. Y en el norte de las islas, yo creo que en todas, encuentras lo real, lo auténtico.



¿Podrías vivir en un sitio sin mar? ¿Sería posible tu música sin mar?

Imposible, nada hubiera pasado. Somos todo lo que hemos vivido y estoy muy contento de haber vivido en la playa, y se que lo que quiero es seguir viviendo en la playa.

A pesar de que todas las islas tienen sus diferencias, has tenido éxito allá donde vas ¿Qué tiene la rumbita canaria para unirlas a todas?

Porque pese a que todas las islas sean muy diferentes las personas que viven en Lanzarote, La Palma, La Gomera, El Hierro o La Graciosa somos muy parecidos anímicamente: muy cerecanos, gente de pueblo. Por eso la música no deja de ser algo solo para los grancanarios sino para todos los canarios, porque aunque existan las rivalidades entre todos nos queremos un montón.

¿Cómo empezó todo? ¿Siempre quisiste ser cantante?


Yo me acuerdo de una vez… me acaba de venir un ‘flashback’ (risas). Me acuerdo de estar cantando frente al espejo una canción de Eminem, un temazo de cojones, y yo cogí un rotulador y me puse a rapear. En ese momento sentí una adrenalina guapa, pero yo nunca tuve el sueño de eso. No me imaginaba que algún día podía dedicarme a la música, pero si que desde los 15 años ya estaba sintiendo que era mi forma para soltar mis sentimientos y sentirme realizado.



¿Te esperabas cuando empezaste el éxito que ha tenido la ‘rumbita canaria’?

Me lo esperaba. Y ha sido lento, tiene que ser más rápido todavía. Además creo que lo mejor está por llegar. Confío mucho en todo esto.

¿Cómo ha evolucionado tu música? Porque yo he escuchado cosas más cercanas al rap y demás…

Puedo estructurarla en cuatro generaciones. La primera es música para enamorar a las pivas (risas)… la siguiente me cogió en la edad del pavo y es música reivindicativa, rap hablando de marihuana, en contra de la policía. Cuadra con la edad. A partir de ahí me metí a escribir cosas más lentas y, en esa etapa, como empecé a dar conciertos, pues transformé todas las canciones en rumba que es lo que anima los conciertos. Y ahora estoy en una etapa más abierta, más latina quizás, mas colombiana, venezolana… en lo que al folklore de allá se refiere.

¿Qué tiene la bandera con las 7 estrellas que sale en todos tus discos?


(risas). Concierto donde vamos allá en la península: mínimo dos banderas con las siete estrellas. Y es que los colores de la juventud canaria son esos. No se por qué, en verdad el significado de esa bandera es de independencia, pero quitando eso ¡es que esa bandera es bonita! A mi me representa esa.

A quien escuche tu música le puede parecer que todo es felicidad… ¿está Adrián, está El Vega Life siempre contento?

Fijate tú, me afectan mucho las cosas. Si es verdad que de media tengo un 90% de minutos y de días con autoestima bien alta. Pero si es verdad que hay un 10% que me afecta un montón, pienso mucho las cosas, pero no dejan de ser como un gimnasio que me ayuda a ser más fuerte. Tengo mis bajonas, pero cada vez más las veo como algo perfecto para conocerme más a mi mismo, aprender y tener un futuro más prospero.



Tanto que hemos hablado de Sardina ¿Tienes algún sitio favorito en las islas, o es este?


Montaña amarilla, en La Graciosa… ese es. El día que me case será en Montaña amarilla. Y en Gran Canaria; Sardina, toda la vida.

¿Qué tiene La Graciosa?

La pureza, el sentir la energía de la tierra en su máximo esplendor. La vida como la tierra misma, el hecho de caminar descalzo y, yo no se si es verdad, pero el recibir la energía de ese punto caliente de las islas en tus pies. Anímicamente, emocionalmente, avanzas más rápido. Porque estas conectado con la tierra, y allí hay buena cobertura.

Y para terminar, la pregunta de rigor. A alguien que no te haya escuchado ¿qué se va a encontrar en tu música?


Se va a encontrar… si se la encuentra es porque esa persona lo ha querido y se lo ha pedido al mundo. Y si esa persona quiere estar más feliz me encontrará a mi y le llegarán mis canciones por si solas.

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