jueves, 4 de junio de 2015

10 cosas que ver y hacer en Galway


Galway, la gran joya cultural del oeste de Irlanda es una ciudad pequeña pero con un ambiente vibrante y muchas cosas que ver y hacer. Sin un gran catálogo de monumentos, pero con una historia que se remonta más de 8 siglos, su diminuto centro es un bullir de pubs, restaurantes y turismo. Es además una de las zonas universitarias por excelencia de la isla esmeralda y tercera ciudad en importancia del país. Aquí tienes un recopilatorio con 10 cosas que no perderse en una escapada a la capital de la región de Connacht.

1. Catedral de San Nicolás
Es la cúpula que se eleva sobre todos los tejados y que sobresale, especialmente, vista desde las orillas del río Corrib. Aunque por su magnitud y su acabado en piedra podría pensarse que se trata de un templo más antiguo, su construcción data de mediados del siglo XX y está dedicada conjuntamente a Nuestra señora de la Asunción y a San Nicolás, patrón que también rige la otra gran iglesia de la ciudad. Aparte de su interior merece la pena contemplarla al atardecer, cuando el sol se pone tras uno de los laterales, o por la noche, cuando se ilumina y se convierte en el punto más destacado junto al río.


2. Shop Street
Galway entero se resume en esta calle. Apenas 500 metros de adoquines en dónde se concentra todo el casco histórico y que, aunque es cierto que va cambiando de nombre a medida que se recorre, lo habitual es referirse a toda la calle como Shop St, que es el fragmento más largo. Se podría decir que no hay mucho más después de allí, pero no por ello se empequeñece la ciudad. Músicos callejeros e improvisados conciertos, tiendas, restaurantes, pubs, por esta arteria empedrada se puede pasar 100 veces y probablemente se encuentre algo nuevo cada vez.


3. Pasear por la playa de Salthill
¿Playa en Irlanda? A priori suena raro para un país en que los días de sol se cuentan con los dedos. Sin embargo, cuando llega la primavera y las nubes deciden abrir paso, Salthill se convierte en un no parar de gente paseando, relajándose, o haciendo deporte en sus grandes extensiones de césped o en plena arena. Kilómetros de paseo junto al mar que ofrecen una ciudad completamente diferente a lo que se puede encontrar en Shop St. y que demuestran que en Irlanda hay costa más allá de los grandes acantilados. Si ya mencioné el atardecer en la Catedral, los que se ven tras el 'diving point' del final del paseo son aún más impresionantes.


4. Centro Comercial de Eyre Square y la Muralla
Curiosa es la relación que hay entre el centro comercial de Eyre Square, un moderno espacio de tiendas situado en el corazón de la ciudad, y la muralla medieval de Galway. Aunque parezca surealista, la manera que se encontró de conservar la centenaria empalizada fue construir a su alrededor el propio centro comercial, incluso una de las torres está en venta para quien quiera poner una tienda de lo más original. El muro, ámpliamente restaurado, forma hoy parte de los pasillos cubiertos, siendo vecino de tiendas de ropa, deportes, supermercados o farmacias.


5. Iglesia colegial de San Nicolás
San Nicolás es patrón de los marineros, y por tanto no extraña que esté presente en esta ciudad marítima desde mucho antes de la construcción de la catedral. En pleno centro, junto a Shop St. se encuentra esta iglesia medieval, concretamente la iglesia medieval más grande que se conserva en toda Irlanda. Una de sus curiosidades es que su torre cuenta con 3 relojes, dejando la cara que se podía ver desde fuera de la muralla vacía para que los enemigos y los aldeanos que vivían fuera de los límites de la urbe no pudieran ver la hora.


6. Probar la pastelería de Griffin's
No todo es cerveza y estofado en la isla del trebol. La pastelería y los panes irlandeses cuentan también con cierta fama y Griffin's es el lugar dónde comprobarlo. En pleno corazón de Shop St. aparece esta diminuta pastelería reconocida por los locales como el lugar dónde mejor pan y mejores dulces se pueden encontrar en la ciudad. Tras la pequeña estancia dónde está el mostrador y los expositores hay un pequeño salón donde tomar un té y disfrutar de sus delicias de forma más relajada.


7. NUIG, la Universidad de Galway
Galway es una reconocida ciudad universitaria y su campus es digno de, por lo menos, un paseo. Su edificio principal es una réplica de una de las facultades de Oxford, no en vano la universidad nació en época británica, a mediados del siglo XIX, bajo el nombre de 'Queen's college de Galway'. Hoy en día cuenta con más de 17.000 alumnos y más de 60 carreras. Sea por su ambiente o por sentirse en una película de Harry Potter recorriendo su antiguo patio, merece la pena pasarse.


8. Pintas y música en sus pubs históricos
Como ya dije en algún post anterior, Galway es la ciudad de la música, la perla cultural de Irlanda. Sus pubs, como en el resto del país, son el corazón con que late su vida. Desde comida típica al medio día hasta conciertos en directo y ambiente de madrugada, todos los días y a todas horas se encuentra gente y música. Hay algunos que por su historia o su ambiente son especialmente imprescindibles, como King's Head, Cis Coili (música tradicional), Front Door, Quays, u O'Connors en Salthill. Para los noches de verano (a veces las hay) también cabe apuntar la terraza trasera de O'Conells, en Eyre Square. Por último para los que les guste el Rugby apuntar también An Pucán, muy cercano al anterior.


9. De compras por el mercado de los sábados
Ya mencioné el ambiente incansable que tiene el centro de la ciudad prácticamente todos los días, pues los sábados es aún mayor. Rodeando la Iglesia medieval se sitúa un mercadillo que se abarrota de curiosos durante toda la mañana y donde se pueden encontrar desde verduras y puestos de comida hasta artesanía, literatura, o cuadros. Tanto irlandeses como extranjeros abarrotan los dos callejones que forman los puestos y lo convierten en la alternativa perfecta para aprovechar el comienzo del fin de semana.


10. Spanish Arch y Long Walk
Históricamente Galway cuenta con una gran relación con España, debido a las intensas rutas de comercio que tuvo en el pasado con la corona española. Era tal el ir y venir de barcos españoles en su puerto que el arco que daba paso bajo la muralla hacia el atraque de los buques mercantes (el único que se conseva) se conoce como el "Arco Español". En si no supone un monumento demasiado espectacular, pero cuando llega el verano y los días de mejor tiempo, sus alrededores se llenan de ambiente y jóvenes pasando la tarde y deleitándose con las preciosas vistas que deja el río Corrib a su paso. Cruzando el arco se llega además al conocido como 'Long Walk' El camino de casas de colores más famoso de Irlanda que se puede ver en cientos de postales de la ciudad.



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