jueves, 19 de marzo de 2015

San Patricio en Galway, un estallido de color y cultura


El 17 de marzo de cada año todo el mundo se viste de verde y mira a Irlanda. En Galway, el desfile de San Patricio es una representación más de la multiculturalidad que respira esta ciudad por los cuatro costados. Un abanico de colores, de malabares, de banderas de casi todos los países, de música, de deporte y de sonrisas llenan Shop Street, la calle principal. Es una cuestión que va más allá de la fiesta católica, la isla esmeralda celebra su autenticidad, la alegría que siempre mantuvo este país.

Desde temprano se empieza a llenar de gente el recorrido que va desde el otro lado del puente 'Bridge Mills' hasta Eyre Square, poco más de un kilómetro en el que se agolpan esperando el desfile tanto locales como turistas, irlandeses y extranjeros, venidos desde todos los rincones. No es una marea de color verde (lo cierto es que muchos locales se limitan a llevar un pequeño lazo o una chapa), pero si que abundan las banderas de Irlanda, los sombreros de leprechaun, las alas de hada... la ciudad se paraliza para dar paso a un Carnaval de miles de personas que más allá de la figura de San Patricio (patrón de Irlanda que trajo el catolicismo a la isla allá por el siglo V), parece celebrar la llegada de la primavera, o la rebosante cultura y vida que vive esta pequeña capital del Oeste.




Una vez comenzado el desfile, hacia el medio día, se desbordan los colores. La sobriedad de una cabecera comandada por el ejercito se rompe, tras el paso del gigante y caricaturizado santo, con un continuo discurrir de malabares, músicos, circo... las escuelas, asociaciones y equipos deportivos de Galway también comienzan su fiesta. Las Bandas de música se unen con conjuntos de animadores que hacen acrobacias en plena calle, los equipos infantiles de Hurling y Fútbol Gaélico hacen pequeñas exhibiciones mientras siguen el recorrido, y los espectáculos circenses llevan desde caballos hasta payasos que van entreteniendo a los espectadores más pequeños.

Otro factor de color son las banderas y las asociaciones internacionales. Se calcula que más del 30% de la población de Galway tiene origen extranjero y en el desfile queda patente. Se pueden ver agrupaciones de destinos cercanos cómo España o Estados Unidos, país con el que Irlanda tiene una enorme conexión; pero no son los únicos: el Congo, Sudáfrica, Filipinas... la multiculturalidad y el intercambio racial que tiene este rincón del país brillan con luz propia en este día.





Y es que la capital de la provincia de Connacht es también la meca de la música en la isla. Están por supuesto presentes, además de las bandas oficiales, muchísimos músicos independientes, muchos de los que suelen actuar en los pubs o en plena calle. Una nota sonora que se echa de menos, sin embargo, tras el desfile: ya que aunque la música continúa durante todo el día con actuaciones en directo dentro de los bares y pubs más conocidos de la ciudad, se extrañan las actuaciones al aire libre.

Aún sin música, si el tiempo lo permite (como fue el caso de este 2015), la gente abarrota el famoso Long Walk y los alrededores de la desembocadura del río Corrib en una fiesta que va menguando hasta bien entrada la noche. Galway es una localidad bastante pequeña, por lo que San Patricio tiene un tinte completamente diferente a la locura de un Dublín masificado: seguramente se consuma la misma cantidad de cerveza 'per capita' y la tasa de extranjeros sea casi igual de alta, pero el ambiente es más acogedor, más conocido. Incluso seguramente el desfile sea más familiar, más auténtico. La festividad del 17 de marzo se extiende por el mundo, pero el sitio para vivirla es Irlanda.



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1 comentario:

  1. He de decir que San Patricio nunca me ha llamado la atención, la gente por aquí solo va a beber cerveza a los pubs irlandeses jejeje. Pero veo que en Irlanda es mucho más, ojalá un día pueda ir a ver ese desfile. Un abrazo!

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