lunes, 24 de marzo de 2014

Entrevista a una hostelera de un pueblo de 65 habitantes


Ana tiene 56 años y desde hace casi uno es la propietaria de ‘La Casona de Ana’, una posada de 4 habitaciones en La Acebeda. Era un proyecto que tenía desde hacía tiempo, pero después de que su marido llevara dos años en paro la situación la llevó a iniciarlo por fin. Afable, y declarándose una enamorada del pueblo, una pequeña villa en los altos del Valle del Lozoya con tan solo 65 habitantes, se muestra encantada de responder a cualquier pregunta sobre su nueva vida y su nuevo negocio.

¿Cómo es el día a día en un hotel rural como este?
Pues lo llevo muy feliz, y muy agusto. Yo he montado este hotel con mucha ilusión y mucho cariño, hace mucho tiempo que tenía muchas ganas de hacer esto e iniciar este proyecto. No soy de aquí, pero me enamoró La Acebeda cuando la conocí.

¿Qué busca la gente cuando acude a su hotel?
La gente viene buscando principalmente tranquilidad y soledad, yo vengo de hacer una vida totalmente diferente a esta y los entiendo. Hacen falta pueblos así para alejarse de la ciudad.

¿Y cómo lo conocen?
Lo descubren por internet, en Toprural y en nuestra página web. Internet es básico para que venga la gente. Lo llevamos por una página web que ha hecho mi hijo, porque yo soy no entiendo mucho de eso; estudié bachillerato, pero no se nada de crear páginas webs. Es muy importante internet, porque el 90% de los que vienen me dicen que no sabían que existía un pueblo como este cerca de Madrid y lo han conocido gracias a internet.

Sin duda su actividad, el turismo, es una de las actividades fundamentales de La Acebeda, tiene solo 65 habitantes pero 85 camas turísticas… ¿existiría La Acebeda sin turismo?
Este pueblo se pierde sin el turismo. Se pierde por que la mayoría de habitantes son mayores y no hay renovación generacional. Con el turismo pues viene gente y alguna de la que viene alomejor se queda.




La ilusión no lo será todo, habrá dificultades en un negocio así…
Dificultad hay mucha. Date cuenta que aquí no hay tiendas, ni panadería, ni carnicería… Para comprar tengo que ir en coche en Madrid o a donde pueda. Además este pueblo es de montaña, en invierno nieva y es más difícil llegar.

El transporte tampoco parece una facilidad…
Pues no, y es una pena, porque hay mucha gente joven que le gusta. Para la mayoría de gente es un problema llegar al pueblo. Llegar en transporte público es una odisea.

¿Qué tipo de clientes llegan hasta aquí?
Pues como te digo viene mucha gente joven. Llegan desde muchas partes de España y mucha gente aprovecha la situación del pueblo para hacer escala en viajes desde el norte hasta Málaga y cosas así. Tengo clientes que se pueden quedar desde una noche hasta una semana para alejarse del estrés de la ciudad, además luego hay muchos que vuelven a comer alguna tarde o cosas así.

Y por último y quizás lo más difuso ¿Cómo ve el futuro del pueblo?
Futuro de que siga existiendo el pueblo no lo sé, porque está todo muy oscuro. Si tenemos un poco de apoyo a los que tenemos un negocio como este y seguimos en adelante, y esto se promociona, igual hay futuro, pero está difícil.



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1 comentario:

  1. Animos y a seguir adelante! hay que darse a conocer que lugares así no habrán muchos!, la tranquilidad y la paz no tienen precio!!

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