jueves, 15 de agosto de 2013

Calas de Conil de la Frontera. Playas al resguardo del viento de Cadiz

Cala del Frailecillo | B. Iru Pérez
Cadiz es conocida por sus kilométricas playas de arena amarilla azotadas por el viento del Atlántico, pero tiene muchas más opciones. Viajando hasta Conil de la Frontera, localidad por excelencia del turismo agostero en España, aparece una consecución de calas que permiten disfrutar de la arena y el mar en pequeñas dosis y en versiones para todos los gustos.



Hacia el oeste de Conil, pasado el puerto pesquero y adentrándose hacia la urbanización de Roche, se recorre una carretera rodeada de lugares habilitados para aparcar y pequeños caminos que conducen a un discurrir de tierra que bordea las calas y va señalando sus accesos (aunque no todos permanecen en buen estado). 

Una vez allí las hay para todos los gustos, desde largos arenales con fácil entrada por escaleras, lo que provocará que estén abarrotados en los meses de verano, hasta pequeños rincones entre piedras cuyo acceso es una auténtica aventura al haberse desprendido las escaleras en parte del recorrido. Practicar nudismo también es posible en la mayoría de ellas, sin que ninguna sea considerada específicamente como playa nudista.

Una de las calas entre Conil de la Frontera y Roche | B. Iru Pérez

Las calas son el lugar perfecto para escapar del viento de la gran playa de Conil. Además, aunque no se puede hablar de agua cristalina debido seguramente a la fuerza del mar en la zona, la orilla se encuentra considerablemente más limpia que frente al pueblo.

El frailecillo abarrotada | B. Iru Pérez
Por último hay que considerar que las calas cambian totalmente con la marea llena o vacía. En las fases de pleamar apenas quedarán resquicios de arena seca donde ubicar la toalla, mientras que con la bajamar se abren grandes espacios de arena dónde la gente aprovecha para practicar los clásicos deportes playeros.


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