martes, 13 de noviembre de 2012

El cierre de rutas anunciado por Iberia choca con la necesidad de las regiones más alejadas


La crisis ha sentado el debate sobre las condiciones que deben mantener las emprsas que ejercen un servicio público, u ofrecen servicios necesarios para los ciudadanos. La delicada situación de las aerolíneas pone de manifiesto un grave problema del sector, el mantenimiento de rutas necesarias para el ciudadano, pero poco rentables para las compañías.
 

Airbus de Iberia - OneWorld
Iberia anunciaba estos días que reducirá su capacidad un 15%, algo que podría eliminar varias de las conexiones que actualmente mantiene con diversos rincones del planeta. Entre las revelaciones que ha hecho la compañía sobre sus cuentas aparece un preocupante dato sobre la viabilidad de los enlaces trasatlánticos, tan solo 1 de cada 3 vuelosal continente americano es rentable.

La que abre la empresa española es una de las puertas más importantes entre Europa y América del Sur, y la reforma planteada, que supondrá además el despido de hasta 4.500 empleados, podría acabar con muchas de las facilidades en estas conexiones. Un problema que se sustenta en la lastimosa situación financiera del grupo empresarial, que seriamente afectado por la crisis, busca volver a los beneficios en 2013.

Sin embargo, el asunto se complica más allá de las fronteras económicas. En España Iberia cumple una función fundamental en el transporte hacia y desde prácticamente todos los puntos de España. Con este reajuste, que acabará hasta con 25 aeronaves, se agravan los problemas de regiones periféricas que necesitan de la aerolínea tanto en el ámbito empresarial como familiar de sus ciudadanos. En Canarias, donde no hace demasiado tiempo las conexiones aéreas recibían un duro varapalo con la quiebra de Islas Airways, el reajuste de Iberia podría ser catastrófico para las islas menores.

Un arma de doble filo que ha planteado la crísis económica. Se enfrenta la rentabilidad de compañías con cifras en caída libre, que pierden paulatinamente las ayudas públicas, con el servicio a los ciudadanos. La reducción de rutas y frecuencias es la tónica habitual en los transportes, y pone sobre la mesa un debate que empieza a ser urgente. El aislamiento de muchas regiones que necesitan del transporte privado para su desarrollo.

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